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bombillas led

En la actualidad, las bombillas LED representan la opción de luminaria más eficiente del mercado. Duran más (aproximadamente 10 años) y consumen mucho menos, además de que su impacto en el medioambiente, por proceso de fabricación y por uso, es menor al de otras soluciones de iluminación existentes en la actualidad.

Sin embargo, la bombilla LED tiene un problema todavía pendiente de solución y es el reciclaje de cada unidad. El conflicto que plantea reside sobre todo en su proceso de producción. Con el fin de hacerlas más eficientes, la mezcla de componentes hace casi imposible su separación total y, por tanto, gran parte se desecha en vertederos.

Mezcla de componentes de las bombillas LED

Las bombillas LED están compuestas por múltiples elementos. Tiene hasta oro y plata entre ellos, pero también paladio, tierras raras o indio. Sin embargo, uno de los elementos clave en este problema de reciclaje es el aluminio.

Anteriormente las bombillas LED tenían gran parte de este material. El reciclaje de aluminio es viable y ofrece muchos beneficios medioambientales, pero aunque mantenía frío el LED, siguientes investigaciones han encontrado otras maneras de mantener este frío sin tener que usar, al menos en tal cantidad, el aluminio.

Por tanto, ahora las bombillas LED son mucho menos reciclables. A esto se suma el plástico, que se funde con el resto de componentes de una forma que hace imposible su separación con los actuales procesos de reciclaje.

Futuros posibles para un LED reciclable 100%

En la actualidad se barajan dos líneas de investigación para conseguir que un LED sea por fin reciclable al 100% y no termine en vertederos.

La posibilidad más realista es aquella que plantea un cambio en el proceso de fabricación. Aprovechando nuevos componentes o mejorando la utilización de los actuales, podría conseguirse un LED con materiales más fáciles de separar y completamente reciclables.

Otra opción es volcar la inversión hacia nuevos procesos de reciclaje. Sin embargo, en la actualidad se plantea en esta línea la dificultad existente, sobre todo en la separación del plástico utilizado en cada LED.

Además, el plástico no es el único componente que representa un reto. Una bombilla LED tiene un 52% de metales y el resto son circuitos impresos, espuma y componentes diversos.

A todo ello se une el hecho de que la solicitud de reciclaje de LED todavía es reducido. En España podrían llegar unas 3.000 lámparas cada año a plantas de reciclaje. Sin embargo, de todas ellas solo un 5% es de LED por el momento. Como es lógico, se espera que este porcentaje vaya incrementándose, sobre todo al cabo de 10 años que es el periodo de duración que se les vincula por media general.

El objetivo es llegar a ese momento en una situación en la que los procesos de reciclaje hayan evolucionado, de forma que las bombillas LED actuales puedan ser recicladas en el mayor porcentaje posible. Igualmente, se espera también que las futuras bombillas LED cambien su proceso de fabricación y los siguientes modelos estén mejor enfocados a un reciclaje eficiente.