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Uno de los temas que más preocupan hoy en día en el campo del reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) es la recuperación y reutilización de los distintos componentes de los teléfonos móviles. Cada vez se venden más móviles y sus residuos son muy contaminantes. Por eso, los departamentos de las universidades y centros de investigación estudian una forma de enfocar o resolver esta problemática de su reciclaje.

Este es el eje principal de trabajo de un grupo de investigadores del  Departamento de Ingeniería Minera, Industrial y TIC (EMIT) de la UPC que apuestan por la biolixiviación, un proceso natural de disolución resultante de la acción de bacterias que oxidan los metales y permiten la liberación de sus valores metálicos, como técnica para recuperar metales que proceden de residuos de los teléfonos móviles.

Estos investigadores catalanes proponen aprovechar ese fenómeno natural en el que los microorganismos se alimentan de los residuos de chatarra que se encuentran dentro de los teléfonos móviles para conseguir eliminar los desechos y reciclar aquellos metales que se puedan recuperar.  

En este proceso los científicos ponen en contacto residuos electrónicos que contienen metales de interés como el oro, el cobre, el zinc, el cromo, el níquel y el aluminio con determinadas bacterias ferrooxidantes. A través de este proceso se consigue extraer estos metales y prepararlos para un nuevo uso.

La investigación universitaria que nos ocupa afirma que este proceso es menos contaminante y más económico que los que se utilizan actualmente. Por otro lado, existen casos en los que las bajas concentraciones de metales no permiten la efectividad de las técnicas convencionales.

Para que esta técnica funcione los investigadores controlan el PH, la concentración de sales, la temperatura y otras condiciones que afectan a la actividad de las bacterias. El resultado de todo este proceso permite disolver el metal y, a través de un proceso de separación, su recuperación para que pueda ser reciclado y reutilizado de nuevo en la construcción de placas electrónicas, entre otras posibilidades.

En condiciones óptimas, la acción de estos microorganismos puede permitir aumentar en un 30% la cantidad de metal y recuperar el 99% del residuo. El reto, después de esta investigación, consiste en encontrar cómo hacer viable este proceso de extracción para la industria, para poder generalizar el uso de esta técnica al plano profesional del reciclaje.

Según los expertos, esta técnica, que ahora mismo se practica desde este departamento sólo con placas de circuito impreso de teléfonos móviles, se podrá adaptar en el futuro a residuos electrónicos propios de neveras, ordenadores, televisores y otros electrodomésticos.