El reciclaje es el proceso por el que se gestionan los residuos o productos desechados con múltiples objetivos, uno de ellos el de una nueva utilización.

Los materiales que son aprovechados en el proceso de reciclaje, pueden servir para crear los mismos productos de origen que formaron, nuevos productos, mejorar el proceso de fabricación o ser utilizados con nuevos fines, como por ejemplo combustible ecológico.

La cadena de reciclaje

El proceso de reciclaje puede ser diferente, en función de los residuos que se trate en cada ocasión. No obstante, de forma general podemos identificar una cadena de reciclaje global que sigue los siguientes pasos:

  • Recogida de los residuos: Servicio público o privado que consiste en recoger los residuos existentes, ya sea por depósito de los ciudadanos o como residuos derivados de un sector comercial o industrial.
  • Transporte de los residuos: Maquinaria específica de transporte, se encarga de llevar los residuos a una planta de reciclaje general o específica, dependiendo del origen de los mismos.
  • Plantas de clasificación: También conocidas como plantas de separación. Utilizan maquinaria, recursos y profesionales especializados en la separación y clasificación de los residuos, para un posterior tratamiento con la máxima pureza posible.
  • Planta de tratamiento: Instalaciones donde se gestionan los residuos, ya sea para su valoración y transporte, almacenamiento o destrucción.

Contenedores de reciclaje

En España existe la denominada recogida selectiva, que es la opción voluntaria de los ciudadanos de depositar los residuos domésticos diferenciados por clasificación.

Para facilitar esta tarea, desde finales de la década de los 90, existen contenedores de reciclaje de colores, cada vez más presentes en todas las ciudades del país.

La clasificación de estos contenedores de reciclaje, según los tipos de residuos que permiten depositar en ellos es la siguiente:

  • Contenedor de reciclaje amarillo: Para reciclaje de envases de plástico y latas de bebidas o conservas.
  • Contenedor de reciclaje azul: Para envases de cartón y papel.
  • Contenedor de reciclaje verde: Para envases de vidrio, con ciertas excepciones como bombillas.
  • Contenedor de reciclaje marrón: Para residuos orgánicos y biodegradables.
  • Contenedor de reciclaje gris: Para cualquier residuo que no pueda ser depositado en los contenedores anteriores.
  • Contenedor de reciclaje rojo: Para residuos de desechos peligrosos. También se les denomina puntos limpios. Algunos materiales que pueden depositarse en ellos son teléfonos móviles, pilas y baterías, aceites de vehículos o insecticidas, entre otros.
  • Contenedor de reciclaje naranja: Punto de recogida selectiva de aceite de cocina usado.

Qué puede ser aprovechado en reciclaje

El reciclaje se puede realizar, de forma general, de cualquier tipo de residuo. No obstante, es importante una buena gestión del mismo, si luego se quiere aprovechar para nuevos usos o una segunda vida útil.

Además, también existe el reciclaje por previsión medioambiental o sanitaria, con la que se recoge, gestiona y destruye este tipo de residuos, peligrosos en un entorno natural o incluso en vertederos.

Si tuviéramos que hacer una clasificación de los materiales que pueden ser gestionados en procesos de reciclaje, estos serían los más frecuentes:

  • Aceites
  • Aluminio
  • Baterías
  • Bombillas
  • Cartón
  • Cemento
  • Componentes electrónicos
  • Componentes y piezas de automóviles
  • Composta para abono
  • Lámparas
  • Metales
  • Papel
  • Pilas
  • Plástico
  • Productos textiles
  • Vidrio

Qué hace falta para el proceso de reciclaje

El reciclaje profesional requiere de un proceso en el que entran diferentes recursos en juego. Estos son los más importantes:

  • Maquinaria y elementos de almacenaje y recogida de los residuos.
  • Transporte eficiente, seguro y rápido de los residuos recogidos.
  • Maquinaria específica que puede realizar labores de separación, selección, clasificación, valoración, trituración y eliminación de los residuos.
  • Profesionales especializados, que puedan aprovechar la maquinaria y los recursos existentes para los objetivos con cada residuo.
  • Maquinaria que permita la transformación de aquellos residuos válidos, en unidades que puedan ser manejables, desde lingotes hasta material empaquetado.
  • Medios de transporte que llevarán los residuos validados en el proceso de reciclaje hasta las nuevas plantas, fábricas o empresas, que le darán un nuevo uso.

Beneficios del reciclaje

El reciclaje se ha convertido tanto en una industria como en una cultura propia de nuestra sociedad, por los beneficios que es capaz de ofrecer:

  • El reciclaje persigue como objetivo principal reducir los gases contaminantes en el medio ambiente.
  • Con el reciclaje, se reduce la cantidad de residuos presentes, tanto en entornos naturales, como en vertederos.
  • El reciclaje permite a las empresas aprovechar los residuos, sin tener que volver a extraer y tratar la materia prima original.
  • Con el reciclaje el consumo de recursos naturales es menor.
  • El reciclaje permite realizar procesos de producción con menor consumo energético.