RAEE son las siglas referentes a Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Son asociadas tanto a los residuos, como también a las empresas de reciclaje que reciben la autorización oficial para gestionarlos.

Dada la distinta naturaleza de estos residuos, las empresas especializadas en este reciclaje, tienen que contar con maquinaria, recursos y profesionales especializados específicamente en su gestión y correcto tratamiento.

Leyes que regulan los RAEE

La gestión de los RAEE está regulada en el Real Decreto 110/2015 de 15 de febrero. En él se plasma tanto la definición oficial de este tipo de residuos, como también se detalla la gestión oportuna que debe realizarse para su reciclaje.

Para su definición, se aprovecha a su vez la que existe en el artículo 3.1 de la ley 22/2011 de 28 de julio. En esta ley se hace referencia tanto a sus componentes, como también subconjuntos y consumibles, que formaron parte del producto original y que ahora está presente en forma de residuo.

RAEE y su riesgo de contaminación

Hay muchos motivos por los que los RAEE presentan una alta importancia en el ámbito del reciclaje. Pero en concreto son sus componentes y, sobre todo el valor y el peligro al mismo tiempo que representan, lo que incentiva a la industria a un correcto tratamiento.

En lo relativo a su riesgo de contaminación, es importante por la presencia de elementos tóxicos que contiene, tales como los siguientes:

  • Cadmio
  • Mercurio
  • Plomo
  • Arsénico
  • Fósforo
  • Aceites de alto riesgo
  • Gases contaminantes

Estos elementos están presentes en diferente grado, dependiendo del aparato eléctrico y electrónico.

Además del riesgo de contaminación, estos residuos pueden contar también con componentes de alto valor en el mercado de los metales, como los siguientes:

  • Cobre
  • Oro
  • Paladio
  • Plata
  • Platino

Categorías RAEE

Los residuos que entran dentro de la clasificación de RAEE, pueden a su vez pertenecer a una de 7 diferentes categorías, según el tipo de aparato eléctrico o electrónico del que se trate.

  1. Aparatos relacionados con el intercambio de temperatura
  2. Monitores, pantallas y aparatos que tengan pantallas y que su superficie sea inferior a 100 centímetros cuadrados.
  3. Todo tipo de lámparas
  4. Aparatos eléctricos y electrónicos con una dimensión exterior que supere los 50 centímetros cuadrados.
  5. Pequeños aparatos eléctricos y electrónicos, cuya dimensión exterior nunca supere los 50 centímetros cuadrados.
  6. Pequeños equipos de informática así como de telecomunicaciones (cuya dimensión exterior nunca supere los 50 centímetros cuadrados).
  7. Paneles fotovoltaicos (cuya dimensión exterior nunca supere los 50 centímetros cuadrados).

Beneficios del reciclaje de RAEE

El reciclaje de los RAEE puede ofrecer muchos beneficios, tanto a nivel de medioambiente, como de consumo y también para las empresas. Estos son los más importantes:

  • El reciclaje de sus componentes es más económico que obtener la materia prima de nuevo desde las minas.
  • El reciclaje de estos residuos reduce su presencia en vertederos y en entornos naturales.
  • Con el reciclaje de los RAEE se elimina el riesgo de gases contaminantes y efectos nocivos de sus componentes, derivados de su descomposición.
  • Los aparatos eléctricos y electrónicos pueden tener una segunda vida útil o sus componentes servir para fabricar nuevos productos.
  • Reciclar RAEE permite a las empresas reducir costes en consumo de energía y transporte.
  • El reciclaje de sus componentes evita tener que consumir recursos naturales.
  • El reciclaje de los RAEE genera menos contaminación que el proceso completo de extracción, transporte y tratamiento.