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La mezcla de la basura depende de tres factores principalmente: el nivel de vida de la población, la actividad desarrollada y la climatología. Por ejemplo, un nivel de vida más alto lleva consigo un mayor porcentaje de envases y embalajes propio del consumo de productos más elaborados (vidrio, plástico y cartón). Por eso, la basura no es exactamente igual en un pueblo pequeñito que en una gran ciudad. Sin embargo, sí que se puede establecer una media de las sustancias que componen nuestra basura. Así pues, la basura se distribuye según estos porcentajes:

    • 45% de materia orgánica: restos de alimentos, de hierbas y plantas
    • 21% de papel y cartón: envases de cartón, revistas y periódicos.
    • 11% de plástico: embalajes, botellas, juguetes…
    • 7% de vidrio: botes, botellas, frascos…
    •  3% de metales: latas y envases metálicos, piezas…
    • 13% de otros materiales, como escombros, medicamentos, residuos eléctricos y electrónicos,  aparatos como planchas, televisores, microondas, pilas…

¿Qué se hace con esta basura? En el tratamiento de los residuos urbanos existen varias  alternativas. Éstas son las más frecuentes:

  • Reciclaje: aplicar un proceso sobre un material para que pueda volver a utilizarse. El reciclaje implica una segunda vida para ese material, que contribuye a reducir el consumo de recursos y la degradación de nuestro planeta.
  • Compostaje: proceso basado en el reciclado de la materia orgánica mediante una fermentación controlada en condiciones aeróbicas que da lugar al producto llamado compost, que sirve de abono, fertilizante y regenerador del suelo.
  • Biometanizacióntratamiento de fermentación de la materia orgánica que da como resultado la producción de metano, gas cuya combustión produce energía.
  • Gasificación: proceso termoquímico en el que un residuo orgánico es transformado en un gas combustible de bajo poder calorífico, mediante una serie de reacciones que ocurren a una temperatura determinada en presencia de un agente gasificante (aire, oxígeno y/o vapor de agua).
  • Hidrogenación: tipo de reacción química cuyo resultado final visible es la adición del hidrógeno a otro compuesto. La hidrogenación de la celulosa que se halla en los residuos urbanos permite su transformación en productos combustibles.
  • Pirólisis: descomposición química  de materia orgánica y todo tipo de materiales, excepto metales y vidrios, causada por el calentamiento a altas temperaturas en ausencia de oxígeno. Los productos resultantes pueden ser gases, líquidos o materias de naturaleza inerte.
  • Incineración: proceso de combustión térmica controlada que desencadena una oxidación del carbono y del hidrógeno presente en la materia orgánica que constituye los residuos, obteniéndose como productos cenizas, dióxido de carbono y agua, aparte de otras sustancias contaminantes altamente tóxicas en el caso de que entre los residuos se hallen plásticos que contengan PVC.
  • Depósito en vertedero: en instalaciones de eliminación destinadas al depósito de residuos, localizadas en emplazamientos apropiados bajo condiciones seguras y supervisadas.